Según un estudio de la Universidad de Mc Master en Canadá, el 62 por ciento de las  mujeres eligen como pareja a hombres que las hacen reír, mientras que el 65 por ciento de los hombres prefieren a las mujeres que aprecian sus chistes.

Y nuestra experiencia trabajando con parejas tantos años nos dice que un factor casi infalible de predicción para determinar si una pareja continuará unida o no por largo tiempo, es el nivel de humor presente en la relación.  La sonrisa aviva a la pareja y eso se siente dentro de la relación y también  lo ven quienes están afuera.

El humor en la relación incluso es más importante que lo sexual. De hecho la relación entre el humor y el bienestar de las relaciones es tan importante que ha sido objeto de investigaciones en psicología y se ha concluido que la capacidad de hacer reír facilita las relaciones, porque genera confianza y relaja.

La gracia alimenta la comunicación y el amor entre las parejas además de ser un punto de encuentro cuándo se presentan  problemas asociados a situaciones externas a la relación misma, como los económicos por ejemplo.

Ahora, es importante tener prudencia para utilizar el humor, en ningún caso en medio de una discusión acalorada porque puede ser interpretado como una ironía o peor que eso herir a la otra persona. No se debe caer en el extremo de convertirlo en una manera de criticar, ridiculizar o hacer quedar mal al otro.  Si el momento de fricción no da para recurrir al humor, evite hacerlo para no empeorar las cosas.

Hay que dejar que los ánimos se calmen  y luego hacer un comentario divertido para ponerle freno a un mal instante. Cuándo la cosa se pone mal o aburrida, reviva momentos divertidos y graciosos. Nunca Falla.